miércoles, 8 de mayo de 2013

Argumentación - Teórico

El discurso argumentativo



Definición:1


El discurso argumentativo posee al menos dos características. La primera es la de estar estructurado en proposiciones o tesis que constituyen un razonamiento y traducen indirecta o directamente una o la posición del hablante (aserciones, juicios, críticas). La segunda es que remiten siempre a otro, ya sea ese otro individualizado o no individualizado (un hombre, un grupo, un estado determinado de la sociedad, de la opinión general, de la ciencia) ya sea explícitamente señalado o no en el discurso (citas, alusión a la persona, proposiciones generales acerca de una situación). Definiré por lo tanto al discurso argumentativo como el que a partir de una ubicación determinada del hablante en el seno de una formación social, señala la posición de ese hablante acerca de un tema, posición que refleja de manera directa, no directa, o incluso disfrazada, la ubicación del hablante en la formación social considerada. Esta posición está siempre determinada por otro al que el orador puede apelar o no, pero que interviene como referencial delimitativo (...) El discurso argumentativo “dice algo y quiere decir algo”; esto no es indiferente a la convicción del hablante acerca de lo bien fundado de su exposición. El discurso argumentativo apunto si no siempre a convencer, al menos a establecer la justeza de una actitud, de un razonamiento, de una conclusión(...) 







La construcción de un texto con fundamento2


Todo texto argumentativo, como si fuese una casa o un edificio, tiene una estructura.
Si uno quiere construir un edificio, debe respetar ciertas reglas de ingeniería, ciertas normas que determinan que primero se deben hacer los cimientos, luego se construyen las columnas y, poco a poco, se van levantando los pisos.

Antes de empezar a construir el edificio-texto argumentativo, el constructor-escritor tiene que buscar y recoger argumentos en relación con el tema o el acontecimiento que va a plantear. Esta búsqueda se denomina invención.

Además, el que opina tiene que tomar una posición con respecto del tema o sobre ese hecho que se plantea y emitir una tesis (o hipótesis).

El siguiente paso es lograr que el lector siga el razonamiento argumentativo. Por eso es muy importante cómo se organizan las ideas o los argumentos y cómo se disponen las ideas en el texto. Esto se denomina disposición.

Aristóteles (filósofo griego, siglo IV a. C.) se interesó por la retórica.

La retórica es el arte de convencer respecto de lo bueno o lo malo de algo, permite la comunicación entre las personas y necesita del razonamiento como un elemento que forma parte de la acción del ser humano. Aristóteles creía que la retórica era un factor importante para el orden social. Promover el intercambio de ideas y presentar las propias opiniones permiten que la gente pueda vivir mejor en sociedad. Este autor presentó ciertas reglas para la construcción del texto argumentativo:

  • Se expone una idea o posición frente a algo( tesis), que se fundamenta con argumentos o pruebas, y se cierra con una conclusión.

En todo texto argumentativo, lo escrito se organiza de la siguiente manera:

  • En primer lugar, se presenta el tema, acontecimiento o suceso acerca del cual se va a argumentar.
  • Luego, se desarrolla la posición tomada (tesis) presentando argumentos a través de diferentes procedimientos.
  • Por último, se cierra con una conclusión que reafirma la tesis presentada.

La tesis que se va a fundamentar pude presentarse de distintas maneras:

  • Expresada al inicio del texto, en la presentación.
  • No expresada directamente, sino de tal manera que el lector la reconstruya a partir de la lectura del texto.

Estas reglas son convenciones o normas que pueden ser alteradas. El texto puede ser argumentativo aunque no respete este ordenamiento o esta disposición de los argumentos. Lo importante en el texto argumentativo es que tiene que haber una hipótesis o tesis que será fundamentada. Si la conclusión no reafirma la hipótesis, entonces el edificio-texto argumentativo corre el peligro de venirse abajo. El texto tiene que estar organizado teniendo en cuenta los conectores o marcadores del discurso, éstos son los verdaderos ordenadores de la construcción textual. También es fundamental el uso de los correctos procedimientos o estrategias que conforman lo que se denomina elocución, es decir, el modo como se pone en palabras lo que se piensa.









Marcadores del discurso:
Exponiendo, estructurando ideas, haciéndonos entender
3

Los marcadores discursivos son un conjunto heterogéneo de elementos, formado por conjunciones, adverbios, locuciones conjuntivas e incluso sintagmas o expresiones lexicalizadas, que actúan en el texto como engarces entre diferentes ideas, incisos, frases y párrafos, mostrando las diferentes conexiones y relaciones que existen entre las diferentes partes del discurso.
Gracias a ellos, percibimos el texto como un todo coherente y unitario, porque, entre otras cosas, sirven para estructurarlo y guiar al lector. Suelen ocupar las posiciones más importantes del texto (inicio de párrafo o frase), de esta manera el lector puede distinguirlos de un vistazo, incluso antes de empezar a leer, y hacerse así una idea de la organización del texto.

Entre sus funciones cabe destacar que marcan los puntos más importantes del discurso; hacen visibles las relaciones estructurales del contenido; favorecen la localización de la información; proporcionan fuerza y cohesión, y garantizan en todo momento la continuidad del discurso.
Su correcta utilización nos ayuda a ser más claros y directos en nuestras exposiciones, y permiten que el lector comprenda mejor todo aquello que queremos comunicarle. No obstante, no olvidemos que su uso excesivo podría saturar la prosa, y hacer que los marcadores se convirtieran en meras cuñas.
Como simple muestra de las funciones que pueden llegar a desempeñar y de su gran utilidad, sirva la siguiente recopilación. Se trata de una serie abierta, y que no pretende ser en ningún momento exhaustiva, dada la gran cantidad de partículas que existen de este tipo: 
  • Introducir el tema del texto:
El objetivo principal es, nos proponemos exponer, este texto trata de, nos dirigimos a usted para...
  • Iniciar un nuevo tema:
Con respecto a, por lo que se refiere a, otro punto es, en cuanto a, sobre, el punto trata de, en relación con, acerca de, por otra parte, en otro orden de cosas, en lo que concierne a, en lo concerniente a, en lo tocante a, en lo que atañe a...
  • Marcar o señalar un orden:
En primer lugar, en último lugar, en último término, primero, segundo, primeramente, finalmente, de entrada, ante todo, antes que nada, para empezar, luego, después, además, al final, para terminar, como colofón...
  • Indicar opinión:
A mi juicio/ entender/ parecer/ modo de ver/ criterio, a juicio de los expertos/ de muchos, según mi punto de vista, en opinión de muchos/ de la mayoría...
  • Distinguir, restringir o atenuar elementos:
Por un lado, por otra parte, en cambio, sin embargo, ahora bien, no obstante, por el contrario, al fin y al cabo, a/ en fin de cuentas, verdad es que, aún así, no obstante...
  • Continuar sobre el mismo punto:
Además, luego, después, asimismo, a continuación, así pues, es más, incluso, cabe añadir, cabe observar, otro tanto puede decirse de, algo parecido/ semejante ocurre con, a continuación...
  • Hacer hincapié o demostrar:
Es decir, en otras palabras, dicho de otra manera, como se ha dicho, vale la pena decir, vale la pena hacer hincapié, debemos hacer notar, lo más importante es, la idea central es, hay que destacar, debemos señalar, hay que tener en cuenta, o sea, esto es, en efecto, la verdad es que, lo cierto es que, sin duda, tanto es así que...
  • Detallar o ejemplificar:
Por ejemplo, verbigracia, en particular, en (el) caso de, a saber, como ejemplo, como muestra, pongo por caso, tal como...
  • Explicación o matización:
Es decir, esto es, a saber...
  • Para indicar adición:
Y, además, encima, de igual forma...
  • Rectificación:
Bueno, o sea, mejor dicho, rectificando...
  • Digresión:
Por cierto, a propósito...
  • Restricción:
Si acaso, hasta cierto punto...
  • Énfasis, intensificación:
Pues sí que, claro que, es más, más aún, máxime...
  • Para indicar una relación de tiempo:
Antes, ahora mismo, anteriormente, poco antes, hace un rato, al mismo tiempo, simultáneamente, en el mismo momento, entonces, después, más tarde, más adelante, a continuación, acto seguido, tan pronto como, en tanto que...
  • Para indicar una relación de espacio:
Más arriba/ más abajo, encima/ debajo, delante/ detrás, derecha/ izquierda, en medio/ en el centro, cerca/ lejos, dentro/ fuera, en el exterior/ en el interior, de cara/ de espaldas...
  • Para indicar causa:
Porque, visto que, a causa de, por razón de, con motivo de, ya que, puesto que, gracias a que, por culpa de, a fuerza de, pues, como, dado que, considerando que, teniendo en cuenta que...
  • Para indicar consecuencia:
Como consecuencia, a consecuencia de, en consecuencia, por consiguiente, consiguientemente, por tanto, así que, de ahí que, de modo que, de suerte que, por lo cual, la razón por la cual, por esto, por ende, pues, conque, total que...
  • Para indicar condición:
A condición de (que), en caso de (que), siempre que, siempre y cuando, con solo (que), en caso de (que), con tal de (que), si...
  • Para indicar finalidad:
Para que, en vistas a, con miras a, a fin de (que), con el fin de (que), con el objetivo de, a fin y efecto de (que), con la finalidad de...
  • Para indicar oposición (adversativas):
En cambio, antes bien, no obstante, ahora bien, por contra, con todo, por el contrario, sin embargo, de todas maneras...
  • Para indicar objeción (concesivas):
Aunque, si bien, a pesar de (que), aun + gerundio, por más que, con todo...
  • Para resumir o concluir:
En resumen, como conclusión, recapitulando, en pocas palabras, en una palabra, en resumidas cuentas, brevemente, globalmente, recogiendo lo más importante, en conjunto, sucintamente, en suma, en/ como conclusión, para terminar o finalizar, finalmente, así pues, en definitiva, en fin, por fin, bueno, a fin de cuentas, por último...
Para finalizar, una serie de alternativas para el verbo "decir" que, sin duda también pueden sernos de ayuda en nuestras exposiciones: afirmar, insistir en (que), sostener (que), enumerar, cuestionar, declarar, reiterar, discutir, elaborar, preguntar, explicar, exponer, desarrollar, aseverar...




Estrategias argumentativas4


ESTRATEGIAS


FUNCIONES

CONECTORES Y MARCADORES





LA COMPARACIÓN



  • Establece equivalencias entre rasgos de dos objetos de cualquier clase.
  • Permite concretar lo abstracto

  • como
  • igual que
  • parece
  • de la misma manera
  • del mismo modo
  • así como





EL EJEMPLO





  • Establece una relación de general a particular.

  • Demuestra que lo que se ha sostenido de manera general en la tesis puede ser aplicado a casos particulares.

  • Tiene la ventaja de ilustrar y desplegar un concepto.


  • por ejemplo
  • como por ejemplo
  • a saber
  • como
  • es el caso de

Signos

  • dos puntos
  • paréntesis
  • guiones





LA DEFINICIÓN






  • permite enunciar de manera breve los caracteres fundamentales de una persona, objeto o acontecimiento.



Verbos:
  • llamar,
  • designar
  • denominar
  • ser
Signos:
  • paréntesis
  • comas
  • guiones
  • dos puntos.






LA REFORMULACIÓN



  • consiste en decir de manera distinta algo ya dicho
  • facilita la comprensión del lector
  • es un enunciado que aclara un segmento anterior del texto o agrega más información sobre él.


  • a saber
  • sea
  • es decir
  • en otras palabras
  • en resumen
  • para decirlo en otras palabras
  • sintetizando







LA CITA DE AUTORIDAD





  • son otras voces que se incluyen para aclarar, ampliar, reforzar o bien refutar un argumento

  • pertenecen a personas o a instituciones prestigiosas y de reconocida autoridad sobre el tema

  • según
  • de acuerdo con
  • como afirma
  • para
  • como dice.






LA CONCESIÓN

  • es reconocer, al menos parcialmente un argumento adverso, para después refutarlo
  • aunque
  • a pesar de
  • si bien
  • es cierto que
  • aun sabiendo
  • aun cuando
  • sin embargo
  • pero
  • aun así
  • así y todo.




LA REFUTACIÓN

  • es establecer una relación de oposición entre dos ideas o entre los argumentos ajenos y los propios


  • pero
  • por el contrario
  • sin embargo
  • contrariamente




LA DESCALIFICACIÓN




  • consiste en descalificar el enunciado de otro.
  • se usa fundamentalmente en discursos polémicos.


  • no acordamos con...
  • se equivocan quienes... erróneamente piensan...
  • es un error pensar no puede opinar quien...





LA REVALORIZACIÓN


  • es la estrategia contraria a la devaluación ya que consiste en valorizar los argumentos ajenos
  • aciertan quienes opinan...
  • afirman con razón
  • como plantean algunos .





LA SÍNTESIS DE LO ARGUMENTADO


  • consiste en un resumen de las ideas generales que se han argumentado o en generalización los casos particulares señalados antes





  • en resumen
  • resumiendo
  • esto quiere decir que
  • en conclusión
  • de este modo
  • así, entonces
  • por lo tanto
  • de un modo más general







LAS INTERROGACIONES
  • se usan para plantear algún dilema o disyuntiva
  • crean un clima de expectativa
  • sorprenden al lector colocándolo en un papel activo y obligándolo a asumir la responsabilidad de formarse él mismo una opinión ante el problema planteado




  • los signos interrogativos;
la interrogación indirecta “Nos preguntamos si...”


Pasos que conviene seguir para redactar un texto argumentantivo


1- Planificación:

a- Exploración del problema:
  • ¿Sobre qué se va a argumentar?
  • ¿Quién es el receptor a quien va dirigido? ¿Cuáles son sus características?
  • ¿El emisor va a defender una idea individual o representa a un grupo?


b- Organización de la información:

Antes de empezar la redacción es necesario:
  • recoger toda la información necesaria, seleccionar datos y hechos vinculados con el tema
  • reunir ideas mediante técnicas de debate e intercambio de opiniones
  • escribir 2, 3, 4 ó 5 ideas claras
  • organizar el razonamiento en ítems que respondan al tema en forma ordenada (agrupar por temas, organizar con flechas, esquemas, etc.)
  • pensar dos o tres caminos para luego elegir el que resulte más acorde con las ideas que se quieren transmitir.


c- Determinación de la tesis o hipótesis:

La tesis o hipótesis tiene que:
  • estar expresada en forma clara;
  • estar redactada con oraciones completas y sintácticamente correctas;
  • ceñirse al tema;
  • contener las palabras clave en torno a las que se construirá la argumentación.


2- Escritura propiamente dicha:

  • Esbozo (elaboración de la secuencia argumentativa) 
  • Introducción: para que sea efectiva debe ubicar al lector con el tema o problema a desarrollar e iniciarse con dos o tres oraciones cortas que permitan presentar el tema.

  • Planteo de la hipótesis: se trata de una idea u opinión personal que puede ser adelantada en la introducción, expresada durante la argumentación propiamente dicha o bien al final como una consecuencia de todo lo expresado.

  • Argumentación propiamente dicha: se debe estructurar un conjunto de argumentos que justifican la hipótesis.

  • Conclusión: refuerza la postura adopotada en la hipótesis.

  • Revisión y corrección

Al revisar y corregir hay que tener en cuenta lo siguiente: 

  • suprimir toda palabra inútil (no abusar de los adjetivos y adverbios);
  • evitar repeticiones de palabras e ideas;
  • eliminar todo lo que está confuso o aquello de lo que no se está seguro;
  • evitar construcciones que “ suenen” mal por repetición de sonidos u otros factores;
  • buscar precisión y propiedad en los términos, orden en las ideas y conexión entre ellas;
  • usar citas que apoyen lo dicho o referencias convenientes.



  • Redacción de la versión definitiva






Estructuras argumentativas5

Las superestructuras que sin duda han sido las más ampliamente consideradas tanto en la filosofía como en la teoría de la lógica son la argumentación y la demostración.
El esquema básico de estas estructuras es muy conocido: se trata de la secuencia HIPÓTESIS (premisa)-CONCLUSIÓN. Esta estructura la encontramos tanto en las conclusiones formales, como en las enunciaciones argumentativas del lenguaje familiar de cada día:
(1) Estoy enfermo. Luego no puedo venir.
(2) Pedro ha sacado un cuatro. Luego no ha aprobado el examen.
La palabra luego no es del tipo semántico en estos ejemplos, es decir que no reproduce una relación causal entre dos circunstancias, sino que es un luego pragmático, que se refiere a la acción de quien saca la conclusión.
Por eso la estructura argumentativa de un texto debemos verla, sobre todo si procedemos de manera histórica, sobre el fondo del diálogo persuasivo. Contrariamente a la aseveración directa, aquí la tarea consiste en convencer al oyente de la corrección o la verdad de la aseveración, aduciendo suposiciones que la confirmen y la hagan plausible, o bien suposiciones a partir de las que pueda deducirse la aseveración.

A diferencia de la demostración en el sentido lógico estricto, la argumentación cotidiana ( y también la científica) se ocupa en muy pocas ocasiones de una relación “necesaria” entre hipótesis y conclusión (es decir, de una implicación), sino que más bien se dedica a una relación de probabilidad, credibilidad, etc.

No obstante podemos diferenciar las estructuras argumentativas sobre la base del tipo de relación entre HIPÓTESIS y CONCLUSIÓN: la derivabilidad (sintáctica) en un cálculo formal, la implicación (semántica) o entailment y finalmente las conclusiones (pragmáticas).

En estos tres niveles de relaciones argumentativas también se puede hacer una distinción en cuanto al carácter estricto de estas relaciones, partiendo de la necesidad lógica, y pasando por otras formas de la necesidad (física, biológica, psicológica, etc.) y de la probabilidad a la posibilidad.
La estructura del texto argumentativo puede seguir analizándose más allá de las categorías convencionales de HIPÓTESIS y CONCLUSIÓN. En particular, la categoría de las HIPÓTESIS puede seguir dividiéndose en categorías de distinta índole y tipos de suposiciones, igual que en la doctrina clásica de la argumentación se distinguía entre una premisa “mayor” y una “menor”.

Si consideramos las formas cotidianas de la argumentación, tal y como aparecen superficialmente en los ejemplos (1) y (2), veremos que estas categorías también pueden no existir, o mejor dicho, pueden estar implícitas. En estos casos se partirá de la base de que una circunstancia determinada es una condición suficiente para otra circunstancia.
Pero no hay que olvidar que en cada caso semejante relación condicionante entre circunstancias presupone una hipótesis implícita de tipo más general (por ejemplo, una regla o regularidad). El hecho de que Pedro no haya aprobado como consecuencia de su cuatro ( la nota), resulta también del hecho de que existe una regla que estipula que un cuatro no es suficiente para una prueba, y que todo aquel que no aporte un rendimiento suficiente, suspende (esto es aplicable a los exámenes, los deberes, los tests, etc.).
En otras palabras: si se desea explicar la estructura argumentativa, debe existir una base para la relación de las conclusiones y para la relación semántica condicional entre circunstancias en las que se basa la conclusión. Una categoría de este tipo podría denominarse “garantía” o “legitimidad” que autoriza a alguien a llegar a una conclusión determinada (para esta categoría de la argumentación se aplica también frecuentemente la expresión inglesa “warrant”)

Puesto que aquí nos ocupamos de una base general para la argumentación, denominaremos esta categoría la LEGITIMIDAD de la argumentación. Así deducimos o justificamos que Pedro ha suspendido con su cuatro, precisamente debido a la relación general (la regla) que existe entre la nota cuatro y el suspenso de una evaluación.
Eventualmente podemos explicar mejor esta legitimidad mediante la explicación de que en nuestro sistema de evaluación de exámenes un cuatro no es suficiente, con lo que la relación que se crea entre “insuficiente” y “suspender” representa la legitimidad de nuestra demostración. De esta manera damos un REFUERZO (backing) a nuestra demostración, al indicar claramente que y como tiene que ver un cuatro con un suspenso.

Para seguir desarrollando este ejemplo un poco más, podemos decir también que la relación entre una nota insuficiente y un suspenso solo es importante en una situación determinada, a saber, en la situación de examen. Al menos implícitamente hay que partir entonces de la suposición de que Pedro se ha presentado a un examen final, donde el examen en particular tiene un papel más o menos importante. Igual que en los textos narrativos denominaremos MARCO del argumento a esta especificación.
Sin embargo, en la superestructura de la demostración hasta ahora solo esquematizada, podemos establecer diferencias más precisas. Sí, por ejemplo, se necesitase una explicación más precisa de las circunstancias, a saber, que Pedro tuvo un cuatro /un insuficiente, ciertamente habría que incluir un ARGUMENTO en la demostración: que Pedro no ha trabajado (hecho /suposición), que no se consigue una nota suficiente si no se trabaja lo necesario para un examen (justificación). De esta manera se puede, pues, complejizar una estructura argumentativa mediante la recursividad de la categoría ARGUMENTO.

Finalmente, todas las argumentaciones cotidianas encierran la posibilidad de una “cláusula de pretexto”. Dado que la relación entre el precedente y las consecuencias, en un contexto habitual, usualmente no es “necesaria”, sino a lo sumo “probable”, resulta muy posible que existan “excepciones”. En nuestro ejemplo, Pedro puede, a pesar de no haber obtenido una nota suficiente, tener tantas otras notas buenas antes del examen o bien en la evaluación general, como para que los “jueces” lo aprueben. A esta conclusión se le puede añadir además la siguiente LIMITACIÓN: “Sólo en el caso de que las demás notas sean buenas”. Esta limitación de solo en el caso de que también puede formularse como SUPOSICIÓN, como: “Pedro no tiene otras notas buenas”, porque en el caso de que no, es equivalente a la conjunción de la frase condicional si.
Después de nuestra discusión de la estructura global de una argumentación podemos intentar situar las categorías en un esquema jerárquico (un diagrama arbolado):


ARGUMENTACIÓN

JUSTIFICACIÓN CONCLUSIÓN

MARCO CIRCUNSTANCIA

PUNTOS DE PARTIDA HECHOS

LEGITIMIDAD REFUERZO


Las denominaciones de las diferentes categorías son provisionales y probablemente puedan ser sustituidas por otras, en especial según el tipo de argumentación.

El tipo de argumentación también depende del contexto institucional de la demostración. Puesto que en la vida cotidiana y el lenguaje familiar, como en los ejemplos (1) y (2), simplemente bastaría una relación superficial o general de las circunstancias condicionantes para la justificación de una aseveración, en la sala de audiencia y especialmente en la lógica formal se ha de precisar la legitimidad, el marco y todas las demás categorías, y entre estas también las que han pasado al lenguaje familiar y que ahora forman parte del marco de conocimiento general de todos los hablantes (la denominada lógica natural), y por razones pragmáticas ya no necesitan mencionarse expresamente en la comunidad lingüística. En análisis de interacción empírica incluso se demostró que las preguntas sobre la justificación en forma de reglas o “evidencias” se consideraban no aceptables o incluso socio- patológicas (y llevaban a un conflicto comunicativo).

La estructura canónica de las argumentaciones puede modificarse sobre la base de transformaciones: determinados puntos de partida pueden quedar implícitos (dependiendo del contexto), y una JUSTIFICACIÓN también puede seguir a una aseveración expresada anteriormente, cuando es evidente que esta aseveración es una CONCLUSIÓN del hablante. Cuando se argumenta indirectamente, puede ser suficiente nombrar una circunstancia dada y no ya la conclusión en sí: si me preguntan si podré venir esta noche, basta con que conteste: “estoy enfermo”. Sobre la base del texto y contexto, y aún más sobre la del conocimiento general, el oyente podrá sacar sus propias conclusiones.(...)



Las falacias6


Las falacias son argumentos erróneos, a veces mal intencionados, que expresan lo falso.
  • Falsa generalización: se saca una conclusión general de un número insuficiente de casos o de casos representativos.

Los hombres son racionales, las mujeres, emocionales.
Todo error es voluntario.

  • Falsa analogía: de la semejanza de algunos caracteres de dos o más objetos, se infiere la semejanza total.

El criminal peligroso es como la bestia salvaje y amenaza a la
sociedad; igual que ella debe ser eliminado.

  • Falsa causa: tomar como causa de un fenómeno, un hecho que no lo es.

La calle está mojada, luego ha llovido.

  • Falso dilema: afirmar una alternativa inexistente

Se está con nosotros o contra nosotros.

  • Oposición inexistente: se oponen dos ideas sin tener en cuenta los casos intermedios.

Los países son ricos o pobres.

  • Falsa consecuencia: sacar de un antecedente, una consecuencia indebida.

Los que mataron a Sócrates eran griegos, luego los griegos son asesinos.

  • Uso impropio del vocabulario: cuando la palabra se usa fuera de su verdadero significado, cuando se le atribuye una realidad referencial inexistente, cuando se cae en vaguedad.

El destino impera sobre nosotros.

Su sangre descansa cuando Ud. duerme.





1 Vignaux, G. La argumentación .Ensayo de lógica discursiva. Bs.As., Hachette,1986,Cap.III.
2 D`Arielli, Valeria. Los discursos sociales. Bs. As. Longseller, 2001.(Adaptación)
3 Alamar, Isabel. Marcadores del discurso: exponiendo, estructurando ideas, haciéndonos entender. http:www.realidadliteral.net/3paginaIV-6.htm
4 En Formación ciudadana, uso del lenguaje y Constitución. Material didáctico para el docente. Paraguay, CEPPRO, Serie Manuales / Volumen 3, 2001 (pp. 51-54). Liliana Díaz, Marina Durañona, Estela Hilaire.

5 Teun Van Dijk, Capítulo 5 “Estructuras argumentativas”, en La ciencia del texto, Paidós, Barcelona 1996, pág. 158. (Adaptación)

6 Loprete,C. El lenguaje oral. Fundamentos, formas y técnicas. Bs.As., Plus Ultra, 1984

Argumentación

La Nación, Domingo 25 de julio de 2004 Opinión

Un regresivo camino al balbuceo

Pedro Luis Barcia (Presidente de la Academia Argentina de Letras)

El vocablo chat se impuso sobre otras propuestas más elaboradas, como "cibercharla" o "ciberplática", para referirse a la conversación entre personas conectadas a Internet, mediante el intercambio de mensajes electrónicos.
La voz alcanzó arraigo en español y se considera impuesto su empleo. Esta forma de comunicación es de uso dominante en los adolescentes. Merece la atención, porque sus deformaciones ya asoman las orejas en los exámenes escritos universitarios.
Cuarenta años atrás leíamos formas cifradas en los apuntes: "x, en lugar de por", "ej., por ejemplo", "q´ por que", y así parecidamente. Hoy la situación es más preocupante porque las deformaciones de la lengua en el chat son más graves y sostenidas. El interés por rescatar la palabra viva llevó a Tirón a inventar sus abreviaturas para registrar la oratoria de Cicerón. Luego, la taquigrafía procuró retener el discurso animado de los legisladores, en medio de sus debates. Pero ese esfuerzo estenográfico estaba al servicio fiel de la palabra oral, para retenerla en su total vivacidad.
En cambio, los recursos y procedimientos del "chatear" sólo quieren responder a la celeridad e inmediatez de la conversación en tiempo real, y no al rescate de mensajes trascendentes.
Las razones que convierten a los vocablos en bonsáis deformes son varias: el precio del tiempo en red, la tendencia a la rapidez de acción y de estímulo sensorial en los muchachos, cierta idea de liberación de lo estatuido y el cultivo de una forma de diferenciación respecto de los adultos.
Los diccionarios de chat y de SMS al uso no superan los 200 vocablos. Esta es una primera denuncia del empobrecimiento a que lleva tal práctica. En tanto nuestros docentes se afanan por enriquecer y matizar el léxico de sus alumnos, la moda del chat estimula el movimiento contrario. Uno de los grandes problemas de nuestra educación es lograr que los jóvenes se expresen con precisión, claridad y expeditamente; a la inversa, el lenguaje usual del chat los lleva, con paso de cangrejo, a la pobreza expresiva de la que partieron. Castellani llamó a Borges "circuncidador de palabras", por escribir, en su juventud, "ciudá" y "soledá". El procedimiento de quienes "chatean" va más allá: castra, trucida, mutila los vocablos. Si a esta indigencia le sumamos los "emoticonos" (que deberíamos escribir "emo ciconos", para eludir el emotion inglés) o "caritas" usados para sustituir el esfuerzo de expresión de estados anímicos del remitente, la situación se agrava.
De seguro que los contratos que firman los gerentes de estas compañías están escritos con la totalidad de los grafemas de cada vocablo y con una vigilada redacción. La propaganda es para el "zonzaje"consumidor, diría Jauretche, y éste, lamentablemente, es nuestro desvalido adolescente. Tomar con ligereza esta situación, o hacerse eco de la "originalidad" de las deformaciones y combinaciones de palabra e imagen, es ser irresponsables respecto de la importancia del cultivo de la expresión verbal para el hombre libre. Es como celebrar que nuestro hijo de trece años esté dando sus primeros pasos, gatee y haga palotes.
Es un regresivo camino hacia el infantilismo, al balbuceo y al tartajeo lo que las formas expresivas del chat proponen.
Resulta inaceptable que formas de tecnología de avanzada sean usadas para este fin que sume al futuro ciudadano en la imposibilidad de ejercer con vigor su libertad de expresión en su vida democrática.



Clarín, domingo 30 de abril de 2006OPINION

Mensajes de texto

Beatriz Sarlo (escritora y ensayista)
Representan formas primarias de comunicación. La taquigrafía de abreviaturas y las fórmulas con los que son escritos arman un nudo cultural que permite varias lecturas.
En la escritura de los mensajes de texto, QT1BD quiere decir “que tengas un buen día”. Esos grupos de letras, que parecen el nombre de un agente secreto, desesperan a quienes denuncian el “empobrecimiento del lenguaje”. En efecto, las palabras de los mensajes de texto son manipuladas con el fin de que la incómoda tarea de tipear en un teclado miniatura resulte lo más breve posible. Si tuviera que escribir un mensaje de texto, yo también usaría cualquier abreviatura y sólo me cuidaría de que ellas fueran traducidas exitosamente por mi destinatario. La tecnología impone un formato de escritura y, si se escriben mensajes de texto, tienen que ser cortos. Se los escribe por la calle, en el subterráneo o conversando con el vecino. No son redacciones escolares, sino formas primarias de la comunicación.
Una vez instalada la necesidad de escribir mensajitos sin parar, hay que tipear la menor cantidad de letras. Un mensaje de texto es como el sándwich que alguien se prepara y come de apuro: no obedece a las reglas del arte culinario, sino al hambre. Alguien podría decir que es mejor no tragar parado dos rodajas de mortadela, sino prepararse una ensaladita con varios ingredientes, tender la mesa, poner la radio y comer respetando las reglas de las buenas maneras. Pero, en el momento mismo en que se acepta la posibilidad de escribir un mensaje de texto en dos líneas o de mordisquear medio salame mientras se repasa la agenda del día, quedan descartadas la cortesía ortográfica y la culinaria.
Preguntarse por qué se mandan millones de mensajes de texto nos llevaría a otra cuestión que yo resumiría en una fórmula: el deseo de la conectividad instantánea. Es una de las manifestaciones de la mística contemporánea y, por lo tanto, la cuestión no pasa por la taquigrafía de los mensajes sino por la intensidad de su uso.
Preocuparse por las reglas gramaticales frente a los mensajes de texto es como pensar que la alta cocina va a ser aniquilada por las personas que devoran un sándwich sin detenerse a pensar muy bien qué están comiendo y si quieren comer eso que se han puesto a masticar. La proliferación del fast-food no mandó a la quiebra a los restoranes, ni a los restó, ni a la cocina de autor, ni a las invenciones de cocina-fusión. Por el contrario, en casi todas las ciudades del mundo, las cadenas de comida rápida y todas las formas de la tilinguería o el refinamiento gourmet corren cabeza a cabeza la misma carrera de ascenso al infinito. Se diferencian por su público, y no siempre.
Los emoticones intercalados en los mensajes de correo electrónico me parecen infantiles. Pero no se me ocurriría responsabilizarlos por una mayor elementalidad expresiva de quienes los usan. Son signos banales cuyas causas están en otro lado. Y lo mismo sucede con los mensajes de texto: si millones de personas encuentran en ellos una especie de antídoto contra el peor de los destinos que sería el de la baja conectividad, el nudo de la cuestión cultural no está en la taquigrafía de abreviaturas y fórmulas con los que se escriben.
Quienes se alarman frente a los mensajes de texto, consideran que, en otras condiciones de escritura, los usuarios (sobre todo los jóvenes) escriben del mismo modo espasmódico. Si esto es verdad, la responsabilidad no está en las pantallas de los celulares, sino en las instituciones que tienen a su cargo difundir las formas de una escritura más elaborada y compleja. Comenzando por la escuela. Si todos los días todos los adolescentes productores de mensajes de texto tuvieran que escribir un párrafo completo, sin abreviaturas, compuesto por frases largas, con oraciones subordinadas de esas que empiezan con palabras como “aunque”, “pese a que” o “si bien”, si tuvieran que usar verbos en subjuntivo y potencial, si se les pidiera que en ese párrafo incluyeran, como ejercicio, por lo menos tres palabras buscadas más allá de los límites de su propio vocabulario, podríamos estar tranquilos porque los mensajes de texto serían no una amenaza, sino las formas más radicalmente elementales de una exclamación o una pregunta.




Boquitas pintadas, Manuel Puig

Relaciones con el arte pop

La literatura de Puig es alternativamente moderna, vanguardista, kitsch1 o posmoderna. Esto implica que se resiste a los límites de las denominaciones precisas. En las novelas de Puig hay siempre mezcla, pastiche, collage, como formas peculiares de resolver un enfrentamiento que signa la cultura moderna: lo alto vs. lo bajo. Hay una barrera que separa la cultura alta de la cultura de masas en las sociedades capitalistas modernas (como “dos mitades” de la misma sociedad).
Ya desde el siglo XIX, la cultura de masas deja de ser un “opuesto” y pasa a ser un subtexto complementario (como por ejemplo, la novela Madame Bovary, de Gustave Flaubert (1857), en la que el detalle “inútil” de lo cotidiano se resemantiza, o resignifica, en las descripciones de la cotidianeidad, en el drama de esa mujer).
La cultura de masas se identifica, a la vez, con el género femenino; y esto genera resistencia en el mundo literario canónico, consagrado, moderno:
  • resistencia a la atracción seductora de lo masivo;
  • abstención del placer de tratar de satisfacer a una audiencia mayor;
  • supresión de todo lo que pueda amenazar las rigurosas demandas del ser moderno, de lo “alto”.
La resistencia a esta resistencia da origen al “pop-art” o arte pop, que está dispuesto a “democratizar” el arte por medio de un nuevo realismo que incorpora objetos, íconos y reproducciones del entorno cotidiano de consumo y les otroga un nuevo valor estético. Así se plasma el intento de reunir lo alto y lo bajo. El arte pop innova técnicas para destruir el aura de la obra de arte mediante la reproducción mecánica de clisés2 industriales de consumo, o la apropiación de técnicas del diseño gráfico y del comic; todo esto, para contrariar el énfasis moderno en la originalidad y la autorrealización artística.
En conexión con este estilo “kitsch”, la obra de Puig puede vincularse con la estética “camp”3. El camp es, asu vez, una sensibilidad estética que se aproxima a esta nueva posibilidad de conciliación de lo alto con lo bajo. El camp se vincula, no casualmente, con la emergencia de los movimientos feministas y andróginos, y al gusto homosexual. De ahí, en los '80, surgirá la noción de “posmoderno”.
La literatura de Puig es, en definitiva, una puesta en escena de las relaciones ambiguas entre la cultura alta y la cultura de masas. Las novelas de Puig narran dramáticamente la tensión cultural que tiende a separar lo bajo y lo femenino de lo alto y masculino.
Algunas operaciones plásticas del arte pop se ven en la narrativa de Puig:
  1. Una particular selección de objetos que lleva a convertir el estereotipo en objeto único: del clisé al ícono, de lo común a lo extraordinario. Puig eleva lo banal a la categoría de arte, y de este modo pone en cuestión los límites entre lo estético y lo no estético, como por ejemplo, en la reelaboración artística del lugar común lingüísticamente hablando (las cartas de Nené, la agenda de Juan Carlos, las cartas de lectores de la revista sentimental...); de géneros populares (la carta familiar, la agenda, las revistas sentimentales, los epígrafes de fotografías familiares); del imaginario de la canción popular (los epígrafes de cada entrega, los títulos de ambas partes, el título mismo de la novela Boquitas pintadas, todos pertenecientes a letras de tangos y boleros muy escuchados en las décadas del '30, '40 y '50), y sobre todo del cine de Holliwood de los años '40 y '50. También Puig se apropia de los códigos formales del comic (dibujo de contorno marcado ,preciso, con colores básicos) para diseñar los perfiles de sus personajes (descripción “dibujada” de personajes como Nené, Mabel...), de la publicidad descriptiva y apelativa, y de los códigos cinematográficos, para armar la estructura narrativa.
  2. En cuanto a la selección de motivos y temas, al igual que Lichtenstein4 en su pintura, Puig elige estereotipos cristalizados de los roles sexuales propios de la cultura de masas: figuras femeninas glamorosas (Mabel), mujeres vulnerables víctimas de desencantos amorosos (Nené), y figuras masculinas complementarias, héroes viriles, galanes mujeriegos -Juan Carlos-, donjuanes). Pero al mismo tiempo cuestiona estos estereotipos culturales mediante una distancia crítica que los interpela con fuerza desde esas mismas representaciones y mitos del consumo (por ejemplo, hay una mirada crítica, paródica, de los clisés convertidos en íconos por la publicidad, para marcar el poder de la publicidad o de la historieta en la creación de un imaginario femenino).
  3. En cuanto a los procedimientos narrativos, Lichtenstein decía: “Quiero ocultar la huella de mi mano”, y usaba técnicas de reproducción como el calcado, el recorte y el collage, la ampliación y la distorsión de la imagen en la tela de proyección; todo esto para marcar la oposición con los exabruptos emocionales de las imágenes del comic, que de este modo contrastan con la objetividad -la distancia- de la técnica de reproducción. Y Puig hace lo mismo: borra la marca personal de autor mediante la reconstrucción o transcripción de voces anónimas en una especie de “pastiche” o collage de distintos géneros discursivos: incluye procedimientos como el fluir de la conciencia (entrega octava), la notación obsesiva del detalle (intervenciones del narrador con focalización externa entre las cartas deNené, en las primeras dos entregas), para oponerse al desborde sentimental y subjetivo de la primera persona en las cartas, las agendas o diarios íntimos, y que se contrapone con un narrador omnisciente, casi decimonónico (décimotercera entrega). Aquí se lee la tensión entre modelos literarios prestigiosos de la tradición moderna y la emergencia de la subjetividad y las formas degradadas por la modernidad.
  4. Hay en Puig también un intertexto casi exclusivamente cinematográfico, que se vincula con su intento de reunir las dos mitades culturales (el cine es de consumo masivo, la literatura prestigiosa no).

En síntesis, Puig presenta en Boquitas pintadas la vida de un pueblo de provincia en las décadas del '30 y del '40, con cierto aparente glamour de la nostalgia, la cultura de masas y la utilización del mal gusto. No es que Puig sea kitsch, sino que pone a funcionar el mal gusto en su literatura, y así, lo “estetiza”.
1Kitsch: Este término, de origen alemán, define al arte que es considerado como una copia inferior de un estilo existente. También se utiliza el términokitsch en un sentido más libre para referirse a cualquier arte que es pretencioso, pasado de moda o de muy mal gusto.
2Clisé: Este término (tomado del francés cliché) se refiere a una frase, expresión, acción o idea que ha sido usada en exceso, hasta el punto en que pierde la fuerza o novedad pretendida, especialmente si en un principio fue considerada notoriamente poderosa o innovadora. El "cliché" se aplica también para casi toda situación, tema, caracterización, tipo de discurso u objeto –es decir, toda señal– que se ha convertido excesivamente familiar o del uso común.Debido a que la novedad y la frecuencia en el uso de una expresión varían según tiempos y lugares distintos, el hecho de que un cliché pueda ser denominado como tal depende en su mayoría de quién lo use, del contexto en el que es empleado, o de quién está emitiendo la afirmación.El significado de un cliché en particular puede variar con el tiempo, implicando generalmente confusión o un uso incorrecto. También puede generar connotaciones políticas e ideológicas

3Camp: El Camp (del francés, “se camper”, posar de modo exagerado)es una estética en que basa su atractivo en un valor irónico o un cierto mal gusto.Cuando apareció el término, en 1909, se utilizaba para referirse a comportamientos ostentosos, exagerados, afectados, teatrales o afeminados. Hacia mediados de la década de 1970, el término se definía como banalidad, artificio, mediocridad u ostentación tan extrema como para provocar un atractivo sofisticado. Es decir, enfatiza el artificio, la frivolidad, la clase media naif, la presuntuosidad y el impacto como elementos clave.

4. Roy Fox Lichtenstein (Nueva York, 27 de octubre de 1923 – Nueva York, 29 de septiembre de 1997), pintor estadounidense de arte pop,artista gráfico y escultor, conocido sobre todo por sus interpretaciones a gran escala del arte del cómic.



Más sobre Boquitas pintadas, de Manuel Puig


Boquitas pintadas es una novela polifónica, en la que la presencia de las múltiples voces de Coronel Vallejos marca la ausencia de un sujeto trascendente; hay una ausencia de “marca de autor”, de estilo propio, que se expresa justamente en los heterogéneos estilos que esas voces presentan (la voz periodística de la revista Vecindad, con sus circunloquios cursis –primera entrega-; la voz de Nené, cargada de un lenguaje anacrónico y “poético” y, al mismo tiempo, cercano a lo vulgar –en las cartas, en el monólogo interior, en sus diálogos con la Raba y Nené-; la voz policial, fría y distante, cargada de tópicos del ámbito policial, que aparece en los informes –duodécima entrega-; la voz profesional de los informes médicos –octava entrega-; la voz melodramática y femenina de la revista sentimental –tercera entrega-; la voz varonil y descuidada de Juan Carlos –tercera entrega-; la voz franca y vulgar de la Raba –décima entrega-; la voz femenina, seductora y desprejuiciada de Mabel –décimo tercera entrega; la voz mentirosa y también algo vulgar de Celina encubierta en doña Leonor –entrega décimo quinta-; las voces melodramáticas del radioteatro –entrega décimo tercera-, etc.)
A su vez, es una novela paródica porque plantea varias rupturas con los cánones narrativos:
- Ruptura del tono romántico folletinesco: tanto la trama como los personajes tienen una “vuelta de tuerca” que los convierte en parodia de los estereotipos.
- Ruptura de la linealidad cronológica propia del género folletinesco.
- Ruptura de la univocidad propia del narrador omnisciente: pueden verse a lo largo de la novela cuatro tipos de “relatores”: el documentalista o copista, cuya voz no se explicita porque lo que hace es citar, “pegar”, armar un collage o pastiche con las cartas, los artículos de revista, los informes; el acotador, que añade información después de esas cartas o informes, de manera objetiva; el clasemático u ordenador, que brinda el más mínimo detalle y ordena, pone fechas (como en las entregas donde hay relato análogo o en paralelo); y el narrador subjetivo de la décimo tercera entrega, en perfecta imitación del narrador folletinesco. Este último también aparece en las preguntas retóricas del final de la entrega séptima.

En Boquitas pintadas se distinguen modalidades o procedimientos narrativos oscilantes: toda la novela está constituida por un collage o pastiche de géneros insertados: cartas, descripciones de fotografías, artículos de revistas, avisos fúnebres, informes médicos y policiales, conversaciones implícitas, conversaciones con acotaciones del pensamiento, monólogo interior, fluir de la conciencia, citas de boleros y tangos…

Todos estos rasgos hacen de esta novela una parodia del folletín, porque lo melodramático no hegemoniza la “narración”.

Un párrafo aparte merecen los epígrafes de las entregas. Todos ellos son citas de letras de tangos y boleros muy escuchados en las décadas del ’30, ’40 y ’50, y con su tono nostálgico guardan una correspondencia casi literal con lo que enuncia cada parte que encabezan; además, consolidad una organización externa en capítulos. En estas citas puede leerse también cierta “estratificación” de los productos culturales “chic” o elegantes, y los más populares. El bolero es un género respetable, si no “chic”, pues lo introducen cantantes extranjeros mejor valuados que los nacionales, y porque sus letras dicen “muchas verdades” (Mabel escucha boleros). Así queda estratificado con “lo alto”. El tango es más “bajo”, menos “chic” (la raba es quien los escucha). De ahí que el tango quede estratificado en un rango social más bajo. Sin embargo, los tangos de Lepera tienen un tono más lírico, son más elegantes; el tango, así, “asciende” en la escala social. Pero ambos géneros forman parte de los productos culturales de consumo masivo.

En la décimo tercera entrega hay una puesta en abismo: escena cuyo contenido “duplica” lo que sustenta la novela. Es la inclusión del capítulo del radioteatro que escuchan Mabel y Nené. Mabel es fiel seguidora de ese género, y le explica la trama a Nené, quien lo discute como si fuera la vida misma (la aceptación y el amor de la heroína son analizados por Nené como si fueran hechos de la realidad, como si existiera ese personaje en la vida real; de hecho, ella se compara con esa heroína). En el radioteatro ocurren hechos paralelos a la vida de Nené; pero en realidad, se trata de una ficción en segundo grado (ficción dentro de la ficción, que sintetiza y “refleja” la ficción de primer grado). En ese episodio están presentes todos los tópicos del melodrama. Pasión y patriotismo, amor deslumbrado y dominio masculino, todo esto convive de manera kitsch: la predictibilidad de las acciones y asociaciones, el lenguaje anacrónico y “poético” pero vulgar, la acumulación de sinestesias (sonido de violín, campo de batalla, cuerpo herido –pasión, dolor, miedo-, “el aire rosado del alba”, etc.) aparecen en una combinación de mal gusto estetizado propia del carácter paródico de este texto.

Por último, se observa en la novela una estructura “espejada” o simétrica: el texto se abre y se cierra con avisos fúnebres, más las cartas en orden inverso. Esta inversión pone en contacto muertos con una sincronía que marca los vacíos: más de veinte años entre la muerte de Juan carlos y la de Nené, más de treinta años desde el comienzo de esa relación; y las cartas quemándose, solo rescatando las frases que encierran la felicidad que nunca alcanzaron los personajes. Pero las cartas logran lo que los cuerpos no hacen: se unen.

Los ejes temáticos reconocibles en Boquitas pintadas pueden ser analizados como una interpelación o cuestionamiento a un sistema de oposiciones que se refleja ya entre el ser y el parecer, o entre la hipocresía y la franqueza; entre el éxito y la frustración; entre lo alto y lo bajo; y todos estos temas están atravesados por la nostalgia de algo que ya no es posible.